lunes, 12 de mayo de 2008

Caperucita Roja

Hace muchísimos años, en un pequeño pueblo vivía un hombre solitario, se llamaba Wolf. No era bueno ni malo, era un hombre del montón, el único problema que lo aquejaba era que estaba enamorado de una mujer de 70 años que vivía con su nieta, una joven insoportable y caprichosa.
A pesar de que la nieta, “la colorada”, a quien todos llamaban así por sus rojos cabellos, lo odiaba y le había declarado la guerra abiertamente, Wolf todos los sábados visitaba a su amor y llevaba ricas golosinas para la malcriada, con la finalidad de que los dejara en paz y así disfrutar de un rato junto a la mujer de sus sueños; cosa que casi nunca, por no decir nunca, lograba.
La joven, no tan joven, porque tenía 40 años, era una solterona amargada que vivía despotricando en su contra y avergonzándolo en cuanta ocasión se le presentara, delante de todos los habitantes del pueblo y de su familia, diciendo que era un ridículo abusador de viejas crédulas.
La abuela, una mujer dulce y cariñosa, se sentía halagada por el amor del joven y acompañada por sus visitas que la alejaban un poco de su rutina y su soledad. Ella trataba de no dar explicaciones a su nieta sobre esta extraña relación y siempre decía que lo quería como a un hijo; pero la realidad era que se adoraban mutuamente.
Un día “la colorada” llegó a la casa de su abuela y se encontró con que la anciana había desaparecido, dejando una nota a su nombre, en la que decía:
“Mi querida, he decidido fugarme con Wolf, a quien amo profundamente y con él viviré lo que me resta de vida. Si alguna vez llegas a mi edad y te ocurre algo similar, piensa que nunca es tarde para amar. Hasta nunca. La Abuela”.
Como la joven, además era una malvada, ocultó la verdad, por lo que siempre en ese pueblo se habló de la pobre anciana que había desaparecido víctima del sanguinario Wolf y con el tiempo, “la colorada” pasó a ser una heroína de cuentos.
Nota: otra versión de Caperucita Roja que encontré en Internet, el problema de Internet es siempre el mismo, no se citan los autores.

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