martes, 29 de abril de 2008

Carta de una amiga

Hoy recibimos la carta de una colega y amiga desde Argentina, donde nos hace un pedido muy especial, lamentablemente nosotras no tenemos la respuesta que ella necesita, pero nos comprometemos a buscarla con todas nuestras fuerzas.
Por favor todos busquemos.
Les adjunto el mail y la historia de Ana Chiesa.


Estimada Débora de Feroz :
Te saludo desde Argentina, he visto tú mail en la lista Babar y de ahí he pasado por tu blog y de tu compañera Rosa
Te escribo por que sin ser escritora ni narradora, (soy bibliotecaria y trabajo en un proyecto de promoción de las utilidades de las bibliotecas en la Sociedad) comparto con ustedes la admiración por Caperucita Roja
Dado la admiración que compartimos, quería comentarte que mi inquietud y pasión por las bibliotecas es debido a una gran duda que tengo y que comienza con una historia que se contaba en mi familia y que quiero compartir por que quizás puedas ayudarme.
La historia que circula en la familia y ya entre muchos amigos, colegas, docentes, narradores: comienza así:

Había una vez.... una niña que estaba en la cocina viendo a su madre preparar la canasta de mimbre, con las provisiones que debería llevar a casa de su abuelita enferma.
Mientras la madre, envolvía en un blanco paño la torta de manzana, le daba recomendaciones a su hija de cómo comportarse al atravesar el bosque que la conducía a casa de la abuela:
-Que ya sabes niña que no debes hablar con desconocido en el bosque, ni demorarte viendo trabajar a los animalitos, ni detenerte a ver despertar las rosas silvestres...La niña tenía unos ocho años, pelo color miel y ojos chispiantes.
Siempre que salía de su casa, utilizaba una capa roja larga hasta los tobillos, que la protegía del frío.
Todos en el pueblo y también todos quienes cuentan la historia de las aventuras que vive esta niña al cruzar el bosque camino a la casa de su abuela, la llamam Caperucita, Caperucita Roja, por está vestimenta tan peculiar que siempre lleva puesta , pero en realidad es porque ninguno parece saber cual era su nombre.
A mi me contó mi padre, que se lo contó su padre, que en una biblioteca, en una sola biblioteca, hay un libro, un solo libro, lleno de historias y de colores que revela el nombre de Caperucita Roja.
Por eso yo siempre repito esta historia para pedirles a las personas que visiten la biblioteca de su ciudad o de su pueblo, que revisen bien entre libros y catálogos y que si encuentran ese libro, lo lean y me escriban pronto para contármelo. O quizás conocen a alguien que conoció a alguien que conoció ese libro y les contó cuál era el nombre de Caperucita Roja, por favor no se olviden de decírmelo.
Pero si sucede que en esa biblioteca que visitan no saben nada de ese libro entonces les pido, que difundan está historia, así entre todos algún día me ayudan a solucionar mi gran incertidumbre: conocer cual era el nombre de Caperucita Roja.-

Un cariño
Ana A Chiesa
Todos los países grandes fueron algunas vez miles de chicos leyendo

1 comentario:

Anónimo dijo...

Querida Ana : el nombre de caperucita roja depende de la niña que escuche el cuento,así ella tiene tantos nombres como nombres femeninos hay en el mundo.Sol