viernes, 2 de mayo de 2008

Cruel historia de un lobo hambriento

- Y cuentos, don sapo? ¿A los pichones de la gente le gustan los cuentos? –preguntó el
piojo.
- Muchísimo.
- ¿Y usted no aprendió ninguno?
- Uf, un montón.
- ¡Don sapo, cuéntenos alguno!- pidió entusiasmada la corzuela.
- Les voy a contar uno que pasa en el bosque. Resulta que había una niñita que se llamaba
Caperucita Roja y que iba por medio del bosque a visitar a su abuelita. Iba con una canasta
llena de riquísimas empanadas. Que le había dado su mamá...
- ¿Y su mamá la había mandado por el medio del bosque? –preguntó preocupada la
paloma.
- Sí, y como Caperucita era muy obediente…
- Mas que obediente, me parece otra cosa- dijo el quirquincho. Bueno, la cuestión es que
iba con la canasta llena de riquísimas empanadas…
- Uy, se me hace agua la boca--dijo el yaguareté.
- ¿Usted también piensa en esas empanadas?-preguntó el monito.
- No, no -se relamió el yaguareté-, pienso en esa niñita, tan tiernita...

Así comienza el cuento "Cruel historia de un lobo hambrinto", de Gustavo Roldán, donde el sapo, muy fabulador, pero realista y analítico, entretiene a sus amigos con un cuento. Todos oyen y aportan detalles, como el coatí (que dice que Caperucita era medio pavota) y el zorro (que asegura que el pobre lobo se ganó la casa de la abuela de Caperucita por haberse comido a “la vieja”).

1 comentario:

Abuela Creativa dijo...

Hola caperucitas: Encontré en http://www.cuatrogatos.org/gatos.html, unas ilustraciones del Gato con botas y para Rosa encontré algo: http://rafaga20.webcindario.com/dragones